
“La inmigración ilegal es complicada, pero puede ser resuelta”, afirmó Bush en su último discurso sobre el ‘estado de la unión’, según extractos adelantados a la prensa.
“Debe ser resuelta de una manera que respete tanto nuestras leyes como nuestros ideales más altos”, añade el mandatario, quien fijó hace tres años la reforma migratoria como uno de sus principales objetivos de su segundo mandato, que culminará dentro de un año exactamente.
El sector más radical del oficialista Partido Republicano bloqueó sendos proyecto de reforma migratoria en 2006 y 2007 en el Congreso, pese al apoyo de Bush.
El tema de la inmigración sigue siendo una de las cuestiones candentes de la campaña electoral para la elección el próximo 4 de noviembre del sucesor de Bush, principalmente del lado republicano donde se enfrentan dos visiones diferentes.
El senador de Arizona John McCain aboga por una reforma que regularice bajo condiciones a los estimados 12 millones de indocumentados que viven actualmente en Estados Unidos.
Enfrente, el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, se opone a dicha medida por considerarla una “amnistía”.
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