FILADELFIA.- Hillary Rodham Clinton se salvó de ser eliminada de la competencia por la nominación presidencial demócrata, al derrotar la noche del martes a Barack Obama en las primarias de Pensilvania, con lo que revivió sus esperanzas de convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos.
Con 67% de los votos contados, la ex primera dama tenía una ventaja de 54%, frente a 46% de su rival. Clinton intenta erosionar significativamente la ventaja de Obama en la pelea por los delegados hacia la Convención Nacional Demócrata. Esos delegados escogerán al candidato presidencial del partido en agosto.
Su victoria, aunque cómoda, no fue más que un paso hacia otra prueba crítica en dos semanas más, en Indiana. Carolina del Norte votará la misma noche, un estado con una población negra grande y donde Obama ya es un favorito claro.
En un discurso antes simpatizantes luego de conocerse su victoria la noche del martes, Clinton dijo: "La marea está dando la vuelta".
"Algunos me dieron por derrotada y dijeron que me saliera", dijo Clinton a sus partidarios. "Pero los estadounidenses no se dan por vencidos. Y ellos merecen a una presidenta que tampoco se dé por vencida", agregó.
Clinton se anotó el triunfo ganando especialmente entre los votantes de clase trabajadora, mujeres y adultos blancos, en una elección interna donde la economía fue el tema dominante. Más de 80% de los votantes encuestados a la salida de las casillas dijeron que el país ya se encuentra en recesión.
Clinton ganó, como se esperaba, pese a haber gastado mucho menos que su rival en una campaña de seis semanas que permitió a ambos candidatos un intenso cortejo de votantes.
Cómputos tempranos en varios recintos mostraban a la ex primera dama adelante en la parte occidental del estado, incluyendo Pittsburgh, así como en el área alrededor de Scranton, con grandes números de votantes de la clase trabajadora.
Obama iba adelante en Filadelfia y los populosos suburbios que la rodean.