WASHINGTON, (AFP).- Hillary Clinton y Barack Obama se enfrentan con dureza para ganar la investidura demócrata a la presidencia, aunque su duelo también tiene que ver con los fondos de campaña, mientras la carrera a la Casa Blanca más cara de la historia estadounidense engulle millones de dólares.
Con siete estados organizando nuevas consultas electorales durante el fin de semana y el martes 12 de febrero, los dos rivales demócratas, que el "super martes" no lograron desempatar, exhortan a sus partidarios a vaciar sus carteras.
En el bando republicano, el senador John McCain se aseguró prácticamente la investidura de su partido tras la retirada el jueves de su principal rival Mitt Romney, lo que aumenta la presión sobre los demócratas para que se unan tras un candidato.
Clinton y Obama, casi igualados en cuanto a cantidad de delegados encargados de designar un candidato en la convención de fines de agosto, tratan de utilizar la competencia por la recaudación de fondos para tomar ventaja.
Barack Obama anunció el jueves la recaudación de 7 millones de dólares desde el "super martes", mientras que la ex primera dama declaró el ingreso de 7,5 millones de dólares desde el 1° de febrero.
Pero el equipo de campaña de la candidata admitió que un "problema temporal de liquidez" impidió a Clinton alinearse con el equipo de Obama en cuestiones de publicidad en ciertos estados donde se desarrollarán próximamente consultas que podría tener un papel clave en la batalla entre ambos aspirantes.
Otro signo de las preocupaciones financieras de la senadora por Nueva York: el miércoles anunció haber retirado 5 millones de dólares de sus cuentas personales para financiar su campaña, cuando apunta a las primarias del 4 de marzo en los ricos estados en delegados de Texas (sur) y Ohio (norte).
"He prestado ese dinero porque creo fuertemente en esta campaña, tuvimos un muy buen mes de recaudaciones de fondos en enero, hemos batido todos los récords, pero mi adversario logró recaudar más dinero", declaró la senadora.
El equipo de campaña de Obama calificó este gesto de "espectacular y de claro reconocimiento al hecho de que nuestra campaña va ganando".