A 16 ascendía este domingo el número de muertos por un alud de tierra que cayó sobre al menos 20 viviendas de un humilde barrio de la ciudad colombiana de Medellín (450 km al noroeste de Bogotá), y aún se cuentan unos once desaparecidos, informaron socorristas en el lugar.
El derrumbe, que se produjo el sábado hacia las 06H30 hora local (11H30 GMT), dejó un saldo inicial de siete muertos, pero durante la noche fueron hallados tres cuerpos, y hasta la tarde del domingo se habían encontrado otros seis cadáveres, con lo cual el número de muertos llegaba a dieciséis, igual al de los heridos.
Entre las víctimas fatales se cuenta una mujer joven con seis meses de embarazo.
El alcalde de Medellín, Alfonso Salazar, había previsto el sábado que la remoción de la avalancha que sepultó dieciocho viviendas y destruyó parcialmente otras, demorará unos tres días, debido a que las condiciones del terreno no permiten la llegada de palas mecánicas hasta el lugar de la tragedia.
El alud de tierra se vino sobre varias viviendas enclavadas en la ladera de una de las montañas que rodean a Medellín, y donde se ubican grandes barriadas marginadas de esta ciudad en la que este domingo se inicia la 38ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El presidente Alvaro Uribe, tras asistir en la noche del sábado a una cena ofrecida a los miembros de la OEA, se desplazó al lugar de la tragedia y transmitió un mensaje de solidaridad a los damnificados.
Uribe volvió en la mañana del domingo a visitar el lugar, donde ante el aumento del número de víctimas dijo que "lo que nos duele profundamente son las víctimas y las familias".
Dada la dificultad para remover las toneladas de tierra y escombros con maquinaria, miembros del Ejército, la Policía, la Defensa Civil, los Bomberos y habitantes de la barriada trabajaban incesantemente con sus manos para ubicar a más desaparecidos que según estimativos de los familiares serían todavía unos 11.
Al parecer, el alud fue consecuencia de las intensas lluvias que azotan a Colombia desde mediados de abril, con un saldo de 11 muertos (sin contar los provocados por la avalancha) y más de 100.000 damnificados.